Afirmé esta visión en esta noche
detrás de tu cintura,
porque le temo a la sorpresa
de verme aquí más viejo y con ausencia.
Es aire, o el agua, tu presencia;
una gota de lluvia bajo el cielo fugaz y el arcoíris.
Te perteneces y yo me pertenezco,
en la tierra y la sangre.
Ya me he visto vagar entre tu piel,
como naciendo de ti,
desplegado en la noche de aquel ángel;
que rebelde,
solo atina a pensar en tus placeres.
Escuché mil promesas, de los dos, y también de la vida.
Tal es la pesadumbre del pasado,
una estela que guía hacia los puertos seguros.
Por eso te poseo en la noche, porque soy un poeta,
te quiero para mí como la luz del día,
la brisa y los aromas de miles de azahares.
Está fresca tu imagen y el camino,
la de ésta noche amada, ésta noche,
porque debes partir a tu destino,
y en tu beso estará,
la incandescencia de aquello que fugaz,
me cegará fatal sin tu presencia,
y se habrá de batir con mi escarmiento.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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