“Crédulo, abre los ojos y baja de las nubes, que ahí no hay nada. La vida está aquí, en el llano”. D. J.Luis Restán. Los ateos y nosotros
Pensó que era el amor y se entregó
como una magdalena
dio de a pedacitos la piel para los golpes
Creyó en aquellas voces y se fue
no se en que rumbo
y se hizo añicos contra la montaña
Vio plácidas las aguas del estanque y se dijo:
Hay calma , se arrojó,
y se perdió en la noche
Se imaginó del viento un tibio vuelo
extendió las manos a lo alto, abandonó,
su corazón a un frío torbellino.
Como no era hombre de firmes convicciones
se dejó llevar por palabras engañosas,
más aún,
sus turbias intenciones,
se hizo un calco, una fotocopia de tales argumentos:
y se arrojó a la palestra a discutir con los sabios.
Mi amigo, el crédulo, allá va,
hoy lo llevan vacío,
no dejó nada su vida.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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