Hoy me encuentro con tu nombre, vas
hacia el misterio de un río
de tambores negros,
es la historia de toda la ternura que trabaja
delicadamente,
y en la corriente se lee
tu buen camino de amores,
solo hace falta que el tiempo
cumpla con su trabajo.
Acude ya,
con la memoria en tus ojos;
piensa, juntando el cielo en tus manos, que aman,
lo que perdura en los sueños:
condescendiente con tu libertad,
suave, cordial, sagaz,
arañando cada instante, siempre a la grupa del fuego,
cruzando todas las noches,
en pedacitos al día.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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