Si tú supieras hoy, lo que me mueve,
a continuar mi vida de éste modo;
comprenderías bien que debo todo,
a tu trabajo al fin, paciente y leve.
Y si me vieras hoy, cómo estoy hecha,
valorarías ¡tanto! tu trabajo;
sin esquivar penurias, a destajo,
para criarme ¡Madre! bien derecha.
Fuiste a mi ver, amiga y consecuente,
de las que no se olvidan un instante,
y es por ello que estás en mí presente.
No te olvides, Mamá, que mi entereza,
es fruto de tu amor tibio y constante,
y también es amor, esta tristeza.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
Este poema fue escrito con la intención de asistir a mi gran amiga Candy Castro, para que asimile el duelo de una gran pérdida de manera natural, no patológica, y son palabras que sirven para que tenga presente que todo lo bueno que hay en ella se lo debe a su madre, que en donde quiera que esté, estará feliz si ve a su hija feliz de continuar con su vida. Ah! Y además es un homenaje a Julia Prilutsky, ya que se construyó al estilo de sus sonetos.
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Hace 6 años
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