miércoles, 29 de abril de 2009

Se que me extrañas

(para Remy, un grande pero muy grande amor)



Pero también sé,
que no es lo único que sabes,
y no me parece justo: una mujer que se pierda, algo,
aunque sutil ello fuera…
por mis palabras.

Es cierto, mi amor, yo soy,
un artesano que al ver
aquello que nadie ve,
tiene el poder y el saber
lo que hay detrás de sus ojos.

Hay cosas que nunca dije
y soy consciente de ello.

¡Aquí está mi cuchillo!
¡Está clavado en la mesa!,
entonces puedo ejercer
la magia de las palabras,
y hasta los sueños del aire,
aire de ti y de mí,
aire de éste
o de aquella;
aire clavado en el mundo
sin más razón ni destino,
que el aire de la conquista.
Aire que en su medida, a veces seduce o viola,
todo depende de ti,
de cuanto tú me desees.

Pero veo,
que esto no ha sido en vano.
Si tú te has enamorado,
de este poeta en sus versos
habrá también que saber
si el bello amor es por mi,
o solo por mis palabras;
y más ,
también tendrás que saber…
cuando tú leas mis versos,
que no son míos,

son tuyos.




© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

Cuando hago alusión al cuchillo clavado en la mesa, es porque en la antigüedad, el poeta, antes de sentarse a la mesa para escribir, arrojaba una daga sobre la mesa, si se clavaba de punta, recién ahí comenzaba a escribir.

1 comentario:

  1. Precioso poema,y gran anécdota la del poeta,Lo de clavar le cuchillo¿Sólo era para éstos,o para todos los escritores en general?

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