jueves, 16 de abril de 2009

Oda a la vida o fantasía de la muerte

Pensé en mi vida, y me dije,
¿Quién soy yo para eludir la muerte?
Salí un rato de mi, vagué, en la versión de Walt,
y me vi tal como soy, sin humillarme ni lastimarme,
traté de verme desde todos lados,
una visión cubista de mi.
Abrí mi pecho, le ofrendé mi corazón al día,
retocé por el aire, me hundí hasta lo más profundo
del polen de las flores,
como en el principio de todas las cosas.
Creí en mi y conmigo.
Convencí a mis amores y a ti, amigo de los discursos
y los significados, de los grandes significados,
porque no hay quien pueda ver el alma
si no es un poco poeta.
Claro que si, me interné,
en cómo crecen los días,
cómo se van instantes, adonde todo se vuelve
hacia lo imprevisible.
En ése río de sangre,
canté,
y una furtiva lágrima, rodó,
ofreciendo la ocasión de escuchar mi corazón.
En eso andaba con vos,
dama de velos negros,
pero no es tiempo que yo,
me rinda ante tus encantos.

¡A cuando llegue el día!


© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

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