viernes, 17 de abril de 2009

Plenilunio


A Hebe Santamaría


Me abracé en la noche del verano eterno.
Nada se vio en las sombras del destino. Era el frío,
que desanduvo el camino de las ansias perdidas.
Te miré en la noche de febrero. Con el hálito
abriste los ojos, y diciendo mi nombre,
despertó en tu boca la aventura errante
que desgranó en la sombra la fuerza del destello.
Aparté tu velo, te observé de pleno,
buscando de tus labios la palabra esperada.
Yo te di la ilusión de decirlo sin tapujos.
Perseguí en los años un inocente juego,
la frase que por fin me diera
los laureles de la victoria amada
por sobre la mentira.
Pero es verdad, es cierto,
soy solo un soñador que agitando los brazos,
¡te grita estoy aquí!
A lo que gustes mandar
“luna gris de mis sueños”.

© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

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