jueves, 2 de abril de 2009

Mansiones más majestuosas

(cualquier similitud con la realidad es pura coincidencia)


Mansiones más majestuosas



A modo de no herir susceptibilidades
voy a referir a esta gente como los señores 01, 10, 00 y 11;
y su gentil sirviente, el señor H. ¿El porqué de H?
simplemente porque para mí es un innombrable
(la hache no se pronuncia).
Tanto los señores binarios como su sirviente provienen de buena alcurnia,
no obstante,
vivimos una época de agobio tal
que casi deja de ser respetable.
Decía de estas personas que nacieron en cuna de oro,
con buenos apellidos,
gallardos antepasados, y abultadas cuentas corrientes.
De ellos se destaca la cordial relación con sus pares,
y una suerte de odio amistoso con sus subordinados.
En sus familias había curas, abogados, doctores, militares, monjas,
doctores en filosofía, filólogos, científicos;
pero también sirvientas madres de hijos naturales,
como si no tener padre en los papeles fuera contra natura,
(obviamente que los hijos eran de ellos);
diseñadoras
y prostitutas.

Eran dueños de campos,
habían hablado con Dios y Él, en persona,
los instruyó al respecto:
ellos debían ser sus únicos herederos.

Hubo un tiempo en que los reyes
se volvieron generosos con los tesoros del reino,
y decidieron darle una moneda a los pobres.
Una limosnita pro el amor de Dios.
Tal como los reyes del cuento de los derviches.
¡Qué horror!
¡De donde lo sacarían?
De hecho que de sus bolsillos no.

“La estupidez es privativa de los súbditos, nunca de los soberanos.”

¡Craso error!
Se unieron los señores 01, 10, 00 y 11;
Junto a los servicios del señor H,
en un movimiento de extrema magnitud
y armaron tal batifondo,
que fue imposible desprenderlos de sus mansiones,
cada vez más majestuosas, y se ataron a ellas con cadenas.


Indirectamente, un homenaje a Eugene O´Neill , por prestar el título, sin autorización.
Copyright 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara.

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