martes, 10 de marzo de 2009

Memorias de Najem

Esto es una transcripción quasi poética de un reportaje a Miguel Ángel Estrella, en donde relata su cautiverio de dos años en Uruguay, durante la época más dura de las dictaduras latinoamericanas. Montevideo, 1977. En árabe, Najem (pronunciase Nayém) significa estrella, y por un evento un tanto premonitorio, como no sabía expresarse en español su abuelo, al requerimiento del apellido, gesticulaba mirando al cielo, entonces el empleado de migraciones decidió ponerle Estrella.
Citas:
1.- Jean Paul Sartre
2.- La Libertad era el nombre de la cárcel.
3.- Forma usual tucumana que en realidad significa “hechos”.


Memorias de Najem


¡Traidor de clase!
¡De la peor basura!
¡Turco de mierda!
¡Espero que aprendas que con eso no se juega!
¡Metiste el piano en la negrada!
Y bueno…
Tendrás que meterte el piano y la negrada en el culo.
¡Beethoven a los negros qué tarado!
¿Vos sabés?
¡De verdad te lo digo!
Tu amigo se suicidó con cianuro
¿Te traigo una pastilla?
Me vas a ahorrar un trabajo.
¡Y dejá de rezar!
Tanto Padre nuestro te va a llevar en serio al cielo.
¡Como a tu amigo!
Que te metió en el lio y se borró.
¡Sos un paquete nada más!
Total después te tiramos del otro lado y listo,
Nos lavamos las manos.
Esto no es el infierno,
Es el paraíso.
Y pensar que ayer eran lindas tus manos.
¡Te las vamos a cortar con una sierra,
Total nunca tocarás el piano!
¡El pianito si eso si,
Muchas veces tocarás el pianito!
Vas a acordarte mucho de la casa muerta,
Porque ahí vivirás hasta tu muerte.

“Mientras haya una sola conciencia libre,
Ellos habrán fracasado” (1)
Cuando lo llevaron a “La Libertad” (2), Nayem comprendió que aquello era una máquina,
Un laboratorio para destruir seres humanos.
Que la ciencia y el saber estaban al servicio de la destrucción.
Un día perdió los estribos,
Se enteró que su vieja se había muerto y ése día,
Tuvo ganas de matar.
Luego la estrategia fue contar, compartir,
Sus sueños, sus amores, sus mujeres, sus hijos, sus maestros,
En “la guardia del enfermo” hablaron de la infancia, los viajes, los mitos y los “casos” (3)
Con los dedos atrofiados por los golpes
Recibió la ironía de un regalo:
Un piano “mudo”.
¡Su mejor regalo!
Y con él se desatrofiaron sus dedos.
“¿Burguesita la celda, no?”
“¿Pequebú? Si, pequebú hasta la muerte hermano.
Me gusta el café, el chocolate, y también Sorocabana.”
“Tú no sos un pequebú, tú sos un bú”
Un día se quedó mal por la visita del hijo
Y encima casi se agarró a piñas con el Gato,
Lo que concluyó con un pacto de silencio.
“Disimulá, seguí diciendo que nos llevamos mal así seguimos juntos”.
¡Qué estrategia!
Nayem aprendió a sintetizar,
El Gato le enseñó a sintetizar, lo que era como hacer música para él.
Un día el Gato se rascaba la nariz y le dijo:
“¡Libertad para ti!”
Lo habían llevado a la enfermería y no tenía nada.
Le temblaban las manos,
Hasta el último minuto lo negaron.
Caminaba repartiendo sus cosas
Pero no le dejaron regalar el piano.
Salió escoltado mientras le pegaban en el cuerpo.
“¡Viví, Viví a full, chango, y no te olvides de nosotros!”
“¡Te amamos!”
Él se puso a llorar, Y ése tipo que pegaba.


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