A veces, me veo en sueños,
en plena luz de mi día;
agandalla de los lichis
la sombra del chuparrosa,
¡ay meses de junio y julio!
¡es el dominio de árbol
en cielo azul de Bamoa!
Dorado fue su destino.
Pos sí que liban la suerte,
estos bichitos curiosos:
que se apropiaron de mí,
de mi sueño, mi jardín,
y hasta disputan conmigo,
el fruto dulce y meloso
de las ciruelas chinas.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
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