Hay una población fragmentada,
oxidada, aniquilada,
casi en cenizas,
adonde hay destellos que se alzan en la noche (como voces);
la soledad cunde en todos lados,
la incomunicación también.
Es el limbo de los desarraigados.
Permanece en las caras un atisbo de lástima o piedad,
no se como decirlo.
Nada está al alcance de las manos,
hay ventanas y rejas,
púlpitos y mitines,
Los púlpitos en las plazas, los mitines en las calles,
En todas partes, hay menciones
a los dueños de la verdad y del amor.
¡Ellos se sienten dueños!
Esos bienes no son para cualquiera!
Los tienen privatizados, para entrar hay que pagar derechos.
Como son tan queridos,
tan inalcanzables,
no pueden hablar por sí mismos
y no tienen la palabra en todos lados.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
-
por Ernesto Hernández Busto Es domingo, y el vaporetto avanza a un ritmo
plácido, de mecedora familiar y siesta de abuelos, hasta que suelta en el
muelle a...
Hace 6 años
Muy buenas verdades las que se dibujan entre tus versos Eduardo, y que verdades, pareciese que esta vida tan rapida y tan fluida, se torna a pasos agigantados tan solitaria aun entre la muchedumbre, pareciese que todo y nada gana sentido, que se es espectador mas que ente viviente, agradable viajar de pupilas rojas por tus letras
ResponderEliminarrecibe un fraternal saludo desde mis fronteras
lord alex