(Manifiesto en favor de la palabra como arma de seducción)
Un beso, es el punto sobre la i, en la palabra amor (Matthew Parkhill)
Un café
siempre fue para mi
la antesala de la cama
pero más que el café
fue la palabra
café y palabra
si no hay café no hay palabra
y si no hay palabra no hay conquista
y si no hay conquista no hay posibilidad de cama
pero era un hecho
para eso me preparé
construí mis armas con poetas, cuentistas, y novelistas
a los doce años
me inicié en el amor y la poesía, entre malandras y prostitutas
aún tengo en mis oídos
mi estrategia y mis palabras
caballitos de batalla para hacer del amor una cosa más alegre
fui afortunado
siempre tuve mujeres hermosas
pero ese no fue mi objetivo
poco me importó la belleza del afuera en sí misma
porque no hay magia posible
en un saco vacío
mas si uno se atiene a la ley de los opuestos
siempre cayeron las más bellas
en la red de mis palabras
hasta una me dijo que al señor Gräfenberg
lo tenía entre ceja y ceja
o entre palabra y palabra
me habló de una estimulación en la pared frontal
que requería un empuje en cierto modo opuesto al que se cree
vigoroso y excitante
que le hacía ver estrellas
cuando escuchaba mis poesías
puede que sea más complejo, pero es lo que sé,
lo aseguro,
y no me fue mal en la vida.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
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por Ernesto Hernández Busto Es domingo, y el vaporetto avanza a un ritmo
plácido, de mecedora familiar y siesta de abuelos, hasta que suelta en el
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Hace 6 años
Te felicito por dominar ese arma de seducción masiva.
ResponderEliminarUn saludo