A veces,
llegas a mí como una luz. Un olor.
O el sabor de las cosas, los sonidos.
La textura de tu piel, mixtura de albahaca
y de camelias.
Y también, tu gesto, en movimiento.
materia y energía
que distribuye, ciertamente,
una cierta presencia en mis sentidos.
Hay cosas que se mueven,
me chocan,
me rozan y se quiebran,
superan el ámbito, el asombro,
¡la voz de la palabra!
Mi amor por vos se dice, se define,
le da piedra libre a la memoria.
Mi corazón te mira, te procesa,
te forma como idea, un concepto,
del objeto que recorro en mis mañanas.
Te forma, te instala, te deforma,
te conoce,
cuando dulce, me despiertas,
cada día,
con el tímido ardor, de una caricia.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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