“.- ¿Para qué le sirve la mente?
.- YYYYY… ¡Para acordarme de las cosas que me olvido!”
(respuesta de un primito de 7 años a su padre, hace millones de años)
Para no pecar de “machista”, que en realidad, por mi seguridad afectiva y psicológica, lo soy. Estos roles pueden ser invertidos. Porque bien puede haber una tonta o un tonto.
Él, se vistió de poeta,
(si es que uno, en la realidad, pudiera vestirse de poeta)
me refiero a la presencia
(bueno, no sabría cual es la presencia de un poeta);
quiero decir que tomó una gestualidad poética (¿?)
se ubicó delante del teclado
(en otros tiempos se diría que tomó su pluma)
y le dijo a su musa
¡vale! ¡dime un tema para escribir un poema!
Ella, se vistió de musa,
(de aquellas caminantes con la túnica blanca y la lira en los brazos)
y se sentó con él.
Al cabo de unas horas.
Él se despertó y le exigió (amenazante):
¿Y?
A lo que ella respondió…
“La tonta está pensando”
Por eso yo les digo, amigos míos,
por más bella que ella sea,
no se fíen de las musas
y trabajen.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
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Hace 6 años
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