lunes, 16 de marzo de 2009

Silencio, mi madre duerme

Y sin embargo no duerme,
está lejos, muy lejos,
tal vez está en Bella Vista, o en Lules,
ó Santa Rosa de Leales;
ó en San Miguel, Alderetes, Concepción ó La Florida.
Entre los surcos de caña,
vay´uno a saber con quién.

A lo mejor ella busca, el remedio de sus males,
en el recuerdo de cosas, que siempre decía don Lauro,
ó el abuelo Melitón.
Lauro Santucho el que hacía, desgastar hasta los orcones
cuando alguien se le animaba
al festejo de sus hijas.
También puede que ande de pié por las calles
del Buenos Aires maligno:
“Ése que no es de fiar,
Que acaba hasta con las flores”
Recuerdo que alguna vez, hermosa, de trenzas negras,
tuvo mi viejo que ir
a copar alguna parada.

Ó puede que esté, en Colonia Centenario,
allí donde yo enfermé
En donde aquel animal me operó de la rodilla
Cuando en verdad tenía, que operarme la cadera
Ó en Santa Rosa, La Pampa,
Guatraché.
Ó Lanús
Que es donde terminó mi epopeya de salud.

Es probable que también, esté donde el desarraigo:
En esos años feroces que la perdimos de vista.
¡Tantas cosas que han pasado, en una historia de vida,
Tantos encuentros, y tantas despedidas!
Y bueno, ella está allí, y me busca, cuando despierta, me busca.
Parece que quisiera protegerme para siempre,
por eso les digo amigos,
silencio,
mi madre está descansando.

1 comentario:

  1. no quiero hacer mucho ruido, simplemente susurrarte al oído: esto es hermoso.
    Te dejo mi abrazo. Shh, adios!

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