viernes, 17 de julio de 2009

Nadeo

Y así, nadeando,
sin miedo, me miro en el espejo de la noche;
pero lo oscuro se cierne sobre mi corazón cansado.
Como nadeo,
percibo la malicia en otros corazones;
hay tanta juventud y tanta vida
que deserta,
convencida que lo hace por todo,
sin darse cuenta que da su tiempo por nada.

Es un largo desfile de vitrinas,
expuestos, y en la misma dirección,
van la virgen y el proxeneta,
escapando de sí mismos.

Aquí la soledad espera;
se reparten antorchas de papel de biblia,
en los pasillos de las villas miseria
y los prostíbulos.
Se alaba a los pederastas y se condena a los niños:

Hay tahúres con las cartas marcadas;
Se ama con pecado en los lechos católicos,
con premura en las camas de los condenados;
y se engaña en el púlpito de todos los credos.
Así como en el proselitismo de aquellos
que tienen, la solución para todo.

Ésta aventura no termina jamás,
la muerte se compra en una dosis de paco,
y es posible que sea, que esto, sea irreversible,
en tanto y en cuanto, haya gente que vea la nada de este lado,
la oscuridad que fomenta la maldición y el miedo.
No hay combate a la droga, la venden los políticos.

El mal se esparce a lo Calígula,
se asimila, se propugna a su fin para poder vencerlo.
¿No será demasiado?
El hoy
no tiene “Gólgota ni Jordán milenario
que nos lave de culpa”
Pero tengo una estrella, en mi pensamiento,
un as bajo la manga en la ilusión del poeta,
no todo está perdido,
aún quedan los sueños de que la nada sea vida,
y todo tenga sentido:
El amor es más fuerte que la maldad de la tierra.




© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

1 comentario:

  1. Interesante y maravilloso texto.Creo intensamente en tu ultima frase. esperemos que siempre sea asi!

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