domingo, 22 de febrero de 2009

"Acuarela do Brasil"

Los autores y compositores brasileños tuvieron la delicadeza de considerar el desarraigo amoroso fuera de la tragedia, del engaño, la traición, el despecho. Uno de los temas más bellos que escuché en mi vida, es "Samba en preludio", una pequeña joya musical de Baden Powell y Vinicius de Moraes en forma de Quod Libet, estéticamente resuelta con la postura de presentar las dos versiones de los que sufren, primero el hombre plantea su dolor desde su vereda, luego la mujer a la distancia añorando la voluntad de ver renacer sus vidas y luego se funden en una súplica, en un llamado que expresa la visión fatalista de no existir sin el otro, el llanto por el ser amado. En los temas de éste período romántico de la música del Brasil es muy frecuente el duelo irreversible del desarraigo, a pesar que las personas se juran amor eterno parece que lo peor que pueden hacer es no recuperarse, y a su juego los llaman porque a la pérdida encuentran con facilidad el clavo que saca a otro clavo. Vinicius por ejemplo tal vez haya sido el "farsante más grande del mundo" (por favor, no interpretar desde lo peyorativo, sino con simpatía), porque mientras escribió que "para vivir un gran amor hay que ser hombre de una sola mujer", tuvo nueve mujeres en su vida. (Antes de empezar “Eu sei...”, Toquinho, con humor, dijo que “Vinicius era un gran mentiroso, porque no podía escribir un tema como ése, donde promete amor para toda la vida, y después casarse nueve veces”). O sea que, si a los bifes nos atenemos, la pareja en cuestión era un bien de fácil reposición y por lo tanto, relativamente descartable. Igual, con estas cosas no se jode, amigos, porque en estas cuestiones hay mucha felicidad y sufrimiento. Lo que trato de decir es que a diferencia del tango, la música brasileña lo expresa de otra manera. Ejemplos: Serenata do adeus, Soneto da separaÇäo, Valsa de Eurídice, Medo de amar, Insensatez, Poética, Eu näo existo sem vocè, Derradeira primavera, Eu sei que vou te amar A felicidade, todos exponentes desgarrantes de la profundidad como se ama y se sufre cuando se pierde al ser querido.
No estoy diciendo que sea bueno o malo, sino distinto, otra forma de enfocar las cosas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario