jueves, 26 de febrero de 2009

música con forma de pera o "sutilezas en el mundo de los músicos"

El título de ésta nota hace alusión y homenaje a Erik Satie, un inconformista del siglo XX, transgresor incorregible que a la observación de su amigo Claude Debussy un tanto peyorativa de que su música no tenía forma, respondió con una seguidilla de temas en cuestión:


Tres fragmentos en forma de pera, Auténticos preludios flácidos para un perro, Descripciones automáticas, Piezas frías, Embriones disecados. Y anotaba en una de sus partituras "toque como una bestia!", delineando en actos su posicionamiento anti-romántico. A pesar de ello, parece que Satie es cómplice de los melancólicos.

Desde la técnica, "no hace falta ser un virtuoso para tocar sus obras", eso si uno considera que tocar una obra es sólo pasear los dedos por el instrumento.



Sin embargo, tocar lo fácil es sumamente difícil, ya que a las manos hay que impregnarles una multiplicidad de conocimientos conceptuales, históricos, estilísticos, timbricos, matices, tempo, carácter, y de contexto en cuanto al conocimiento de la obra. Ejemplo: en mis épocas de guitarrista, abordé el estudio de La Catedral, de Agustín Barrios Nitsuga Mangoré, obra en tres movimientos, Preludio de Saudade, Andante Religioso y Allegro Solemne. Para comprender ésta obra ha que buscar en la vida del compositor, investigar quien era, cómo pensaba, cómo vivía, con quién; enterarse que hubo un día en que fué a la catedral de Montevideo y escuchó a Bach tocado en el órgano de la iglesia, lo que le embargó un profundo sentimiento místico y estético, un tanto contradictorio con el bullicio del mercadeo de la plaza. En realidad todo lo que sintió Barrios está reflejado en el segundo y tercer movimiento de la suite. El preludio fué adosado más adelante en el tiempo por sugerencia de Andrés Segovia, al escuchar las obras en la casa de Agustín Barrios, originalmente era un tema dedicado a su mujer, ungido de un profundo romanticismo. Obedeciendo la teoría del "único afecto", el "tema" está en el "andante religioso", lo demás es puro ornamento, y puntualmente el preludio de saudade suena un poco fuera de contexto. Eso fuera de lo estético, ya que hablamos de una bellísima obra para guitarra.
Investigando un poco más, adentré en las características de la "amistad" entre Barrios y Segovia, y descubrí que más que amistad se diría que había entre ellos, sobre todo del lado del español, una especie de "odio amistoso" que emergía de celos profesionales o temor a la competencia, ya que el Marqués de Salobreña (Segovia) era muy celoso de su público y siempre consideró a Mangoré como un serio competidor. En virtud a esos celos se hace comprensible la sugerencia de Segovia de incluir el preludio en la suite, él no podía ignorar que estaba fuera de contexto. De todos modos, gracias a ellos hoy podemos disfrutar de La Catedral tal como la conocemos.

Retomando a Satie, tocar Vexations tal vez no sea difícil, pero entrar en la obra, significarla y trasmitirla... "that is the question". Porqué Satie pide la relajación del intérprete, el más profundo silencio, y repetir el tema 840 veces? Profundizar en ello es condición sin la cual no se debe abordar la obra.

Ser músico es un sacerdocio, en la medida que uno mensure sus objetivos.

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