Mis lectores dicen:
¡Tú lo sabes todo!
Y se quedan tranquilos, satisfechos,
como si yo tuviera una varita mágica,
y escuchara al grillo en la mitad de la noche,
susurrándome, astuto, las palabras justas,
adecuadas,
silenciadas.
Y yo,
que me muevo en un ámbito pequeño y lejano,
de vida acongojada:
solo se que me nace de lo puro,
¡desinterés sublime,
recíproco!,
de tanto caminar cada día,
en los brazos del asombro.
Así, mi sueño
me retumba
en los huecos diminutos del alma.
“Sin mi yo”,
surge desde debajo de la tierra, en mí, y en vos.
Es natural,
y está en un lugar especial del cielo
en donde no existe el miedo.
¡Dios, es un milagro sin interés ninguno!,
y supone sacrificios,
pues tus yos en mí importan más que los míos.
Así se van cumpliendo los sagrados preceptos:
Se escucha,
se orienta,
se ayuda,
se apoya,
se consuela,
el tiempo se desgrana entre segundos,
hasta lo que no se puede medir;
y no hay tiempo que valga,
en esta eternidad paciente
en que nos tocó ser cómplices.
Lo dicho, y mucho mas, que no acierta a definir
mi poco entendimiento:
es mi forma de pensarte…
AMIGO!
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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