Está como con ansias que el sonido
estalle, de las sombras,
con vibraciones limpias, y rotundas,
hasta que su oído se acostumbre
y otra sensación, desconocida,
le suba por la espina, la suspenda,
en un marco de risas, y de flores,
y la lleve a gritar desde la brisa,
su historia de amor
entumecido.
Ella es, como la reina de la noche:
sonríe cuando estoy, mi dulce niña,
en un rictus, feliz, y agradecida.
Y
cuando no estoy, me vive,
me pregunta,
¿porqué tanto castigo,
tanta angustia?
Aquí la vida,
es pleno de verdades,
aunque haya habido sueños y mentiras.
A veces entiendo que este karma
es pago de una deuda de otra vida.
Sin embargo, me permito que esta duda,
también vaya plasmada en esta historia,
¿De que se habrá formado este destino:
a vivir en el silencio hasta la muerte?
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
-
por Ernesto Hernández Busto Es domingo, y el vaporetto avanza a un ritmo
plácido, de mecedora familiar y siesta de abuelos, hasta que suelta en el
muelle a...
Hace 6 años
Eduardo,un poema como triste, se me ocurre que si la vida es un pleno de verdades, eso nos lleva más alla del silencio, donde están lo otros.
ResponderEliminarSaludos