Oye, si, es concreta,
la brisa que se encumbra en el jardín.
¡Mueve tus alas!
En mi pupila, quedarán impresos tus colores,
y estarás entera.
Las flores no escogen sus colores,
ni el aire su perfume.
El árbol no desdeña,
tu naturaleza viva,
pues éste es el lugar para las ninfas,
los gnomos, y los sueños de amor entrelazados.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
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