He pasado la noche en mi vigilia,
reviviendo el camino recorrido.
Y si pienso, el corazón partido,
focaliza en los sueños: la familia.
No te culpo, actuaste por instinto;
es fuerte, es real, reconocible,
pero a fuerza de golpes, lo sensible,
sucumbe ante el camino, por distinto.
Aún tengo entre mis versos, el amor,
de aquellos veinte años de una vida,
filosófica medida del dolor.
Escribí mil versos, que jamás leíste,
pero alguna vendrá para leerlos,
y ocupará el espacio que me diste.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
San Michele
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por Ernesto Hernández Busto Es domingo, y el vaporetto avanza a un ritmo
plácido, de mecedora familiar y siesta de abuelos, hasta que suelta en el
muelle a...
Hace 6 años
Segun lo que entiendo, nadie es profeta en su tierra. A mi me pasa lo mismo.
ResponderEliminarun abrazo