Usted es un hombre de suerte!

Estuve caminando toda la mañana, mi trabajo era la venta casa por casa de un montón de chucherías que estaban de moda en ése momento. Cuando volví, me dí cuenta que había perdido los documentos. Libertad dijo que me siente, me tranquilice, piense en todas las cosas que había hecho en el día, preste atención a los detalles, puntualmente en los pensamientos; que trate de ubicar en mi memoria el momento en que hubiera tenido algún mal pensamiento, y me fijara en donde estaba en ése momento.
Hice todo lo que dijo, y me encontré en una farmacia.
.- Bueno (me dijo). Vé y ahí están tus documentos.
Fuí a la farmacia y apenas entré me saludó la empleada extendiento la mano con mis documentos.
.- Usted es un hombre de suerte, ésto es suyo!
Le dí las gracias y no quiero develar lo que yo había pensado con respecto a ella, porque eso es motivo de otra historia.


Es verdad señora!


Yo era dependiente en un negocio importante del centro de la ciudad de San Miguel de Tucumán. Con un amigo reuníamos dinero para viajar a EEUU, y la noche anterior lo había llevado todo a mi casa con la intención de depositarlo en el banco. Al otro dia fuí al trabajo en motocicleta y bueno, cuando llegué al negocio descubrí que no tenía el dinero. Desesperado volví a casa a buscarlo por todos lados y no, no estaba en ninguna parte. De vuelta al negocio masticando mi bronca y mi desesperación. Anodadado, ido, desconcentrado, atendía a la gente ésa mañana, cuando entró una señora y preguntó por mí. Le dije que yo era y me extendió la mano con mi billetera.
.- Ésto es suyo! (me dijo) Fíjese si no falta nada! Y la próxima vez tenga más cuidado!
Sí! Era mi billetera y con todo el dinero!
La señora se fué sin aceptar ni siquiera mis palabras de agradecimiento.