los dedos pulgar e índice
levemente combados en labor de pinzas
presionan el contorno irregular
de esa piedrita que has recogido a la orilla del río
la colocan bajo la luz de una lámpara eléctrica
que alumbra de su figura
la suavidad de los bordes
el tallado paciente de las aguas
«bienes de la tierra»Francisco de Quevedo y V., «El escarmiento»
San Michele
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por Ernesto Hernández Busto Es domingo, y el vaporetto avanza a un ritmo
plácido, de mecedora familiar y siesta de abuelos, hasta que suelta en el
muelle a...
Hace 5 años
siempre saco cada piedra, la miro, la acaricio y la devuelvo al río, y yo quedom, no sé... como bendita
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