Preguntas el porqué es que las mujeres,
son presas del amor, tan fácilmente,
y ansiosas, se proyectan en la mente,
todo un mundo de dicha y de placeres.
Me dices que tu objeto de deseo,
es un joven apuesto de Campana.
Que una noche de cine, a la mañana,
te abandonara en brazos de Morfeo.
Enamorada, luego, le sacaste,
entre besos, la luz de una promesa,
lo que al joven, parece, que le pesa.
Más allá del momento y de la cama,
lo importante es tener bajo la mesa,
una carta en el puño, una rama.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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