sábado, 7 de noviembre de 2009

Relato de amor en una noche azul, solo estrellada.

Allí donde se abrieron las puertas en la noche
y descubrieron sombras a la luz del fuego;
deslumbraron siluetas en el fugaz encuentro,
y decidieron desear lo que siempre desearon,
en desnudez cargada, incompleta y bella.

Allí si, allí, un poco a espaldas del corazón,
se hizo entre sus cuerpos de hombre y de mujer,
un paño de origami, de animal
salvaje, luz,
sensible hasta con las flores, los perfumes, los sonidos, y la piel,
la amplitud de la piel:
y ellos fueron libres en su pequeño espacio, absolutos, primitivos
prisioneros cautivos, sólo del deseo,
al liberar sus riendas a todos los caminos,
y a todos los crepúsculos.

Se excitaron, se ignoraron, se encontraron, y se reconocieron.
Y después se fueron hacia nunca, no sé,
nada más no lo supe, cualquier parte es igual.
Muertos casi enloquecidos locos pero ausentes,
los dos en el frescor de todas las caricias.


Hoy tengo, en mi memoria, ésa noche en las venas,
y temblé en la envoltura que me dio tu poder,
ese mismo poder que me libera al fin,
al saber que me envuelves y también me proteges,
y que siempre lo harás,
aunque al despertar, ya no estés aquí.





© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

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