viernes, 27 de noviembre de 2009

Meditación en la noche

Para Eri






Algunas medianoches,
se abren las puertas de la angustia,
entran criaturas impensadas, encuentro no deseado,
a tallar, cual luminarias de otros horizontes.
Cae el rocío, y uno está por ahí, triste, sin saber cuánto ni porqué.

El mundo se sumerge.
Cuesta,
pero hay que decirle buenas noches a la incertidumbre,
y pensar,
y recibir el día, con todos los espejos en la frente
para decirle buenos días,
al nuevo día.
Olvidarse, si es posible, de aquel ámbito,
en donde al parecer el amor y el dolor son verdugos delicados,
y no dan tregua, ni respiro.

Hay una conciencia, si.
En todo tiempo, hay conciencia,
que se encuentra en el café de la mañana,
que modela un afuera todo gris,
se arranca de los párpados,
lo hace trizas,
y le brinda un espectáculo de estrellas,
a los buenos días del mañana,
que huele a jazmines, sobrevida,
y ha de estallar, en la noche,
como un rayo de luna en la mirada.





© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

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