jueves, 29 de octubre de 2009

Si hablo con mi verdad

te alejas de mi
me dejas solo
entre los escombros
de una ciudad sin límites
adonde todo, todo desnudo,
descalzo, estremecido,
se bate mi otro yo con los fantasmas
de la cama
del cansancio
la vergüenza y el pudor

hace tantas lunas
que hube de decir así
descarnada / impropiamente
en imperfecto pasado
cómo estuve en realidad
lo que hubiese sido otra forma
de decir la verdad

y qué

si veo una vida en cada amanecer
en cada compañía
las miradas perdidas de mis compañeros de ser
sus tímidas sonrisas
sus preguntas
y las respuestas tajantes de sus mundos y submundos
allí adónde veo
también
la muerte en los crepúsculos
ese aire de misterio de todos los momentos
en que me apesta mi sueño
descanso
sin saber si mañana seré de nuevo otra vez

a esos cómplices del destino
que se mueven en poesía
la poesía que es belleza escrita en un mensaje
que no en una botella
bien adentro de un bote
y que aspiran a flashear sólo un instante más
y hay gente
mucha gente que mira de reojo
y dicen entre dientes su sentencia/
irrecuperable/
nada más
prescindibles/
pequeños mojones del espacio
habituados a sentirse mirados
y a contar sus historias
mera “curiosidad”

pero sus caras son la imagen de los desatinos
la tragedia de los centavos de Brecht
o la comedia de Peza
en donde se ríe con llanto
y se llora también con el ridículo
pobre imagen de Madame Obama
haciendo el ula ula como rictus social

entonces en mi tiempo
me sale la respuesta:
no, ¿sabés que no?
hoy no estoy para nadie,
no hay poesía ni en tus ojos ni en tu sexo ni en tu piel
salvo la que está
oculta bien oculta
encubierta
en la sonrisa
de los niños de la calle.


© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

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