martes, 23 de marzo de 2010

NN

Aquí estoy, vengo desde lejos.
Tal vez, desde el olvido.
Pero heme aquí, aquí estoy.
Soy la sombra de todos.

Toco el cielo, pongo la palma sobre mi frente humana,
miro desde lo alto, mi cuerpo extendido,
con un precinto amarrado en mi pulgar derecho,
adonde veo simplemente una etiqueta,
“NN”,
y no entiendo los signos, ninguno,
que nombran el nombre de mis amigos,
aquellos compañeros, cientos, miles:
soñadores, que,
conmigo. Llegaron hasta aquí.

Es profunda la muerte,
aunque llame a la vida, en un río de sangre.
Aquí mis ojos, ven los ojos de los asesinos,
y a lo lejos, se oye una canción serena.
Siento al mundo andar bajo mis pies, ligero,
amo la agilidad de una estrella.
la liviandad de los ojos de lo que está vivo,
y que es joven.
La palabra es una roca, que golpea, golpea, golpea,
como un rumor de sorpresa, que no se entiende.

Aquí soy “Padre de un hijo asesinado.
Esposo de una esposa asesinada.
Hijo de un padre asesinado”.
Hermano de un hermano asesinado.

Así seré el camino, la luz, y aunque me mire, rotulado,
y a mi mismo torturado, asesinado, y al fin desaparecido,
“estigmatizado”, digo, que estaré siempre,
como una carga fatal, en el corazón de los que
me desarraigaron
de “mi”
querida vida.




© 2010 by Eduardo Dante Dall´Ara

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