Dedicado a quien sabe que es para ella.
No hay salida,
es la realidad, por no decir verdad.
No se debe enseñar lo que se ignora.
Y esto es como la libertad,
no me la das tú, ningún sistema.
La tomo.
Y te sigo.
Eres la piel, eres mirada, eres cuerpo.
Disonancia de tus labios.
Ésa voz, que para mí es única:
Insoslayable, irreversible, inconquistable,
en la premura de las noches de invierno.
Me achicas desde afuera para adentro,
la distancia es nada,
la nada es mi silencio,
y el bus parte para el cielo por las noches.
A lo lejos todo se retira,
pero aún es necesario para seguir viviendo.
No se puede entre las aguas acariciar el viento.
Torbellino.
Y no es que contribuya al vandalismo del deseo,
ni al mapa insondable de la ausencia.
Hoy estás aquí, y mañana no sé,
pero así te muestras,
y te tomo,
con la soberbia magia del misterio.
© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara
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