un gesto tu presencia
que se vierte en un segundo
de par en par
amanecido
Aquí estoy
enviciado por la melancolía
resistiendo al llamado de los desalientos
y
aunque descarnado
se asoma un horizonte
un derroche de amor
y desamor
de angustia frágil
adestinada
hay un poco de todo
en esta historia
los recuerdos
es preciso un motivo
hay que fundar la alegría
temerario
soñador
sinverguenza
darle paso al asombro
que tu nombre sea la silueta del día
entonces se me ocurre meterme entre tus ojos
tomarme de tu boca
te invito a caminar ausente cada día
y aunque el hoy es solo la consigna que sirve
no existe otro sentido para nuestra soledad
no hay tiempo suficiente para otro desencuentro
"Hay que fundar la alegría"
ResponderEliminarCiertamente, necesariamente.
Salud, Eduardo! Saludos!
cuando uno se decide a la alegrìa el resto viene solo
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