miércoles, 31 de diciembre de 2008

LA HISTORIA DEL TOMATE

Solanum licopersicum

que es lo mismo que decir que 
el sol ha fermentado por sí mismo 
en esta maraña de amaneceres de urgencias y anocheceres de angustias

aún recuerdo aquellos días en los que la aventura estaba en la simpleza de comer
y cuando mi padre
sabedor de estas cosas
me despertaba al alba con lo inmediato
sus ochomilmetros hacia el tomate
la aventura
el desgaste
al ácido y la puta madre cómo dolía
peor que el cemento
mirá que a veces nos echábamos dos camiones por día

o lozas de cuatrocientos que ni te cuento
porque todavía duelen

Sobreviví a tantas cosas!
habría que preguntarse a santo de qué
desde la santa liguística de por 
y para qué se justifica una vida

se habla de  los treinta mil
y de los derechos humanos

pero no sé si se parece a haber sentido el percutor de un arma
y encomendar su alma
a lo que quiera Dios
yo también puedo dar fé de los golpes de la prepotencia

de las cuatrocientos metros en vilo
con una voz temprana en mis orejas

el susurro 
que cuando la policía pide 
no es un pedido
sino una órden  
al punto de que las heridas fueron para quince días

tampoco lo de sentirse arrancado del estribo de un autobus
y seis días de 
pesadas
medidas
interrogadas jornadas
para que al final "resultaran inocentes"

Yo puedo decir que confieso!
confieso que he vivido!
dediqué mi vida a pensar
y hoy descubro que es inútil:


las cosas son como son y no hay vuelta que darle!

son casi treinta mil días
uno por cada desaparecido
la soledad me avala la conclusión que asiste
en un instante tán duro

Así como Dios le diera al tomate
la capacidad de ser la sangre azul del poeta
Salve la hipocresía!
debería sin pecado concederme la habilidad
 y el poder de acabar ésta historia de una vez.

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