miércoles, 11 de noviembre de 2009

Comida sobre ruedas

Este poema está dedicado a Agustina Numer, y al grupo de personas que la acompañan en esa obra maravillosa de cerrar su negocio, y cocinar un menú para regalar a las personas que viven en las calles de Buenos Aires, todos los lunes a la noche.







La supervivencia en sí,
pende del cuello de las personas.
No es el que necesita, el necesitado.
La mirada de la necesidad se encuentra, o se pierde,
en el ámbito de los ojos
poblados o desiertos,
diminutos,
de la indiferencia.
El día en su nivel, es una aventura eterna.
Por doquier hay gritos silenciosos, que no esperan ecos,
porque están adestinados a la desesperanza.
Son mojones, signos, señales de este tiempo,
o de todos los tiempos.
Tanta hermosa piel,
tanta mirada hermosa oculta por las lágrimas.
¡Tantos ojos que ignoran, seguros, de sus noches!
De esas noches que creen solo para ellos,
inviolables.
Tantas apariciones nacen de ausencias y desvelos.
Y tantos van muriendo despacito,
para ser arrojados a los leones hambrientos.
Se que tu no cambias el mundo con tu vida.
También se que no es cosa de acción y reacción.
Tú no esperas nada,
ni bendiciones siquiera.
Pero se que tu encuentras tesoros, en las paredes ciegas,
y el amor de tu mundo no se olvida del mundo.





© 2009 by Eduardo Dante Dall´Ara

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