Solo a título de cariño y respeto (ya que el poema está inspirado en otra persona), dedico este poema a Vivian Ulloa Eschmann, amiga del alma.
En tu cuerpo,
suspendido en blanco y negro,
y en el umbral de la noche,
un horizonte de arena, albahaca, y luna blanca,
en los tibios estratos de las sensaciones.
Vibraciones leves en el plano de la música.
(algo así como el silencio, presente)
Modifica el cisma del momento,
siempre previo a las grandes tormentas,
como es la cantarina suavidad del raso
en la plenitud de la piel,
hasta el amanecer,
tan generosa y bella;
de modo que es terror
la espera,
eternidad, hacia la aurora,
que a mi se me hace ocaso,
o muerte.
© 2010 by Eduardo Dante Dall´Ara
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