que es lo mismo que decir que
el sol ha fermentado por sí mismo
en esta maraña de amaneceres de urgencias y anocheceres de angustias
aún recuerdo aquellos días en los que la aventura estaba en la simpleza de comer
y cuando mi padre
sabedor de estas cosas
me despertaba al alba con lo inmediato
sus ochomilmetros hacia el tomate
la aventura
el desgaste
al ácido y la puta madre cómo dolía
peor que el cemento
mirá que a veces nos echábamos dos camiones por día
o lozas de cuatrocientos que ni te cuento
porque todavía duelen
Sobreviví a tantas cosas!
habría que preguntarse a santo de qué
desde la santa liguística de por
y para qué se justifica una vida
se habla de los treinta mil
y de los derechos humanos
pero no sé si se parece a haber sentido el percutor de un arma
y encomendar su alma
a lo que quiera Dios
yo también puedo dar fé de los golpes de la prepotencia
de las cuatrocientos metros en vilo
con una voz temprana en mis orejas
el susurro
que cuando la policía pide
no es un pedido
sino una órden
al punto de que las heridas fueron para quince días
tampoco lo de sentirse arrancado del estribo de un autobus
y seis días de
pesadas
medidas
interrogadas jornadas
para que al final "resultaran inocentes"
Yo puedo decir que confieso!
confieso que he vivido!
dediqué mi vida a pensar
y hoy descubro que es inútil:
las cosas son como son y no hay vuelta que darle!
son casi treinta mil días
uno por cada desaparecido
la soledad me avala la conclusión que asiste
en un instante tán duro
Así como Dios le diera al tomate
la capacidad de ser la sangre azul del poeta
Salve la hipocresía!
debería sin pecado concederme la habilidad
y el poder de acabar ésta historia de una vez.